Autocuidado psicológico en crisis

Autocuidado psicológico en crisis

¿Qué podemos hacer para afrontar la situación y vivirla mejor?

La incertidumbre, la indefensión y el aislamiento van a causar un gran impacto en el equilibro emocional de todos. Es natural sentir miedo, enojo o ansiedad… Pero a veces la mente juega en contra y se adelanta imaginando los peores escenarios. Y aunque la anticipación es una función del cerebro que generalmente funciona bastante bien, si perdemos el control y nos anticipamos vamos a sufrimos por pérdidas que aún no llegan. ¿Cómo saber si esto te está pasando? Digamos que estás muy preocupado por enfermar, pasas horas y horas hablando o leyendo sobre el virus y ya hasta empezaste a revisar tu temperatura constantemente; bueno, pues lamento decirte que estás enfrentando esto con mucha ansiedad.

Que no cunda el pánico, te voy a decir cómo llevártela más tranquilo:

  1. Revisa tus emociones: ¿Cómo te sientes? ¿Qué te preocupa? ¿A qué le tienes miedo? Lo que sea que sientas está bien y es natural, no estás solo, allá afuera muchos están sintiendo lo mismo que tú. Es recomendable ponerle un nombre a eso que estás sintiendo y hablarlo. Cuéntaselo a personas cercanas a ti. Si estás solo en casa puedes hacer videollamadas, incluso escribir un diario te ayudará a tramitarlo mejor. Lo importante es no evadir eso que estás sintiendo, sino afrontarlo.
  2. Acepta, pero suelta rápido: es natural sentir miedo, no te culpo. Pero cuando es mucho, el miedo nos hace tomar malas decisiones, nos vuelve impulsivos e imprudentes. ¿Cómo puedes controlar tus pensamientos? Permitiendo que lleguen a ti. Toma nota y luego ocupa tu mente en otra cosa, haz algo que te distraiga. Lo mismo aplica para la ansiedad, la incertidumbre o el enojo.
  3. Limita las redes sociales: evita caer en pánico y difundirlo, si necesitas salirte de ese grupo de wathsapp o pedirle a tu tía que te deje de enviar cadenas sin sentido ¡hazlo! La prioridad ahora es tu tranquilidad, para lograrlo establece horarios para revisar las últimas notas oficiales y aléjate de los sitios que difunden noticias alarmantes o poco confiables, la sobreinformación es como una bola de nieve y te puede atrapar. El bombardeo constante de información aumenta la incertidumbre y el miedo ¡y no queremos eso!
  4. Haz comunidad: las crisis también nos permiten crecer, la clave será priorizar nuestro bienestar físico y mental. Lo podremos lograr cuidándonos lo necesario y será mucho mejor si lo hacemos con unidad y empatía, pensando en colectivo y olvidándonos del individualismo. Al final de cuentas esta podría ser una gran oportunidad para volver a conectar con nosotros mismos, disfrutar a los nuestros y vivir más despacio. Vuélvete creativo y date la oportunidad de disfrutar del niksen o “el arte de no hacer nada”.
  5. Ayúdale a tu cuerpo: al estar en aislamiento es fácil caer en malos hábitos alimenticios, se nos antojan más los carbohidratos y es más fácil estar picando. Recuerda que una alimentación saludable le ayuda a tu cuerpo-mente a alejarte del estrés, la ansiedad y la depresión. En estas semanas incluye verduras de hojas verdes, el plátano, las almendras, el pavo, los pescados, el chocolate oscuro, las frutas con vitamina C y los super foods como la cúrcuma. Aléjate de los alimentos con azucares añadidas, cafeína y básicamente cualquier comida rápida.

Sé que suena difícil, pero trata de no clavarte demasiado, acepta los cambios que esta situación te presenta, establece hábitos y rutinas saludables, haz un plan financiero para los próximos meses, programa actividades diarias pero trata de ser flexible. ¡Hay tantas cosas por hacer! No quiero abrumarte, elige dos y trabaja en ellas los próximos días, luego otros dos y así hasta que te sientas más cómodo con tus nuevos hábitos saludables.

Nadie estaba preparado para enfrentar esta crisis, sin embargo, todos contamos con recursos para pasarla mejor. Y de eso se trata esto, de echar a andar nuestros recursos para salir bien librados. Recuerda que esto es temporal y pronto podrás volver a tus actividades normales fuera de casa.

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