Éramos felices… ¿y no lo sabíamos?

Éramos felices… ¿y no lo sabíamos?

Autor invitado: Diego Ortega

Sin entrar tanto en polémica o en cuestiones filosóficas, sabemos que la felicidad es algo bastante complejo, subjetivo, ambiguo y muy efímero… y últimamente creo que todos hemos visto, sobre todo en redes sociales, publicaciones con la leyenda “éramos felices y no lo sabíamos”.

Pero, a ver, ya sé que el tema de la pandemia nos tiene a todos un poco desconcertados, jamás en la historia, al menos en el último siglo se había presentado algo como esto que nos está sucediendo a consecuencia del Covid-19, pero tampoco podemos decir que nos tomó por sorpresa, ya que con meses de anticipación veíamos lo que sucedía en otros países, y nosotros, desde la comodidad de nuestra calma, pensábamos que no nos podía pasar, que estábamos bien y pues el típico “no pasa nada”.

Sin embargo, después de varios meses de distanciamiento social y hasta un aislamiento absoluto (porque conozco gente que sí la aplicó así) muchas cosas han cambiado y nos hacen repensar con qué cosas éramos “felices”. Pero ¿realmente eras feliz y no lo sabías?

Por ejemplo, antes de la pandemia, un domingo de Netflix & chill era algo riquísimo, o una charla con tus amigos de esas sin sentido, pero con mucha risa, anécdotas divertidas y groserías por doquier. Antes negociábamos muy seguido unos minutitos más con el despertador por la mañana porque nuestra cama nos abrazaba y no nos dejaba ir, pero hoy en día un Netflix & chill ya no es suficiente, estar en casa descansando, tirados en la cama bobeando en el celular ya nos tiene hartos. Ahora añoramos regresar a la oficina, a nuestros trabajos, a ver a nuestros compañeros, incluso a la chismosa que te cae mal, o al de los chistes malos en esas reuniones aburridas… Ahora sí queremos eso porque claro, lo que antes añorábamos (que era descansar, relajarse y tener tiempo libre) ya lo tuvimos de sobra.

Pero ¿qué era lo que realmente nos hacía felices y con qué perspectiva te quedas ahora con todo lo sucedido?

Claro está que ya no volveremos a ser los mismos como sociedad, estoy seguro que muchas cosas cambiarán ahora que regresemos a la llamada <<Nueva normalidad>>, término que por obvias razones se tiene que emplear, pero, ¿y tú? ¿Con qué te quedas? ¿Qué te dejó esta cuarentena, qué aprendiste?

Y a ver, no es una competencia, como esas publicaciones que decían que si no leíste un libro, o reacomodaste tu casa no te faltaba tiempo sino dedicación y disciplina; pero a ver, es una pandemia y no un curso intensivo de verano. Y bajo esta premisa, cada uno sobrellevó el aislamiento como mejor pudo y en medida de sus posibilidades. Personalmente creo que es un buen método para analizar lo que teníamos, y me refiero a todo: cuestiones emocionales, familiares, laborales, de amigos, económicas; etc.

Creo que hemos tenido tiempo de sobra para darnos cuenta de ciertas cosas, quizá valorar más o incluso menos algunas otras. En mi caso, la verdad ha sido todo un reto. Soy papá de un chaparrito hermoso de 5 años, vive con su mami, una mujer maravillosa, yo vivo solo y por cuestiones de este maldito bicho, mi familia con la que ocasionalmente convivía decidió aislarse en un rancho fuera de zacatecas -alejado de la sociedad- y yo me tuve que quedar aquí porque he seguido trabajando todos los días, soy funcionario público y estamos apoyando en los programas emergentes a personas en situación vulnerable que realmente lo necesitan.

Eso implica recorrer los 58 municipios del Estado entregando diversos apoyos, implica estar en contacto con mucha gente (claro, siempre con todas las medidas de seguridad e higiene) por lo que, al final del día también hay que realizar esa rutina protocolaria de sanitización. Y ha sido un reto porque justo eso, al final del día me encuentro yo solo, en mi departamento con mi perro al cual un par de veces le he tenido que sacar plática para intentar mantener la cordura. En días de cero actividades toca encerrarse, y es ahí en donde con muy poco “aislamiento” me he encontrado con situaciones algo extrañas, por no decir difíciles y es cuando comprendo y entiendo a muchos que pasan por algo más intenso.

Y no solo es que muchos se dieran cuenta que NO son bebedores sociales y que preferían hacer filas bastante largas para comprar cerveza antes que para cualquier otra cosa, y que el encierro no pudo con muchos y prefirieron reunirse con sus amigos y tomar unos tragos. Porque eso es lo de menos, créanme que hay gente que realmente está pasando por situaciones muy pero muy difíciles.

El punto es, ¿qué necesitas entonces para ser feliz? ¿qué necesitas para mejorar tú como persona?

Somos seres sociales por naturaleza, no estamos diseñados para estar solos y como seres sociales, necesitamos esa interacción, es más, hasta necesitamos ese perreo y esa noche de buena rumba con los amigos para estar bien, ok, eso lo entiendo, pero ¿qué sigue entonces?

¿Quién vas a ser una vez que todo esto pase?

Viaja, hazte ese tatuaje, dile a tu crush que te trae cacheteando las banquetas, cómete esa hamburguesa con doble carne y extra queso y sí, ponle piña y jamás permitas que nadie te diga que la comida con piña no es riquísima, ¡haz algo estúpido y no le cuentes a nadie! Total, ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Que seas feliz?

O te vas a esperar a la próxima pandemia para extrañar y añorar todo aquello que no hiciste, pero que ya no puedes hacer… (?)

Algunas cosas quizá solo se queden como sueños, pero sin duda algunas se podrán convertir en realidad, y para eso es necesario responder estas simples preguntas: ¿Qué quiero hacer? ¿Qué me hace sentir bien y feliz?

Pero ojo, saber esa respuesta no será el fin de tu búsqueda, pero sí el punto de partida para varias más. Es a través de esta pregunta que los sueños comienzan a ser diseñados, es lo que trasforma aquel plan loco y muy lejano en algo totalmente posible.

Conmigo no ha sido diferente, así como tú, yo también extrañaba muchísimas cosas, y eso me hizo ver qué es lo que quiero para el día de mañana y quizá no tenga todo resuelto, pero, por algo se empieza, ¿no? Debemos experimentar nuestra capacidad de emprender para vivir y estar al frente del tiempo en el que vivimos.

Y tú… ¿Con qué sueñas? ¿Cuáles son tus planes para llegar ahí? ¡Quedarte parado no va a traer ningún resultado innovador, créeme!

Weeey, no lamentes tu suerte y JAMÁS sientas vergüenza de lo que haces, ya que el trabajo es lo que te transforma.

Quizá ya los hayas escuchado antes, pero, déjame darte unos pequeños consejos: sueña, experimenta, ¡haz algo nuevo! Busca la concretización de tus deseos todos los días y escoge hacer algo que te gusta, no solo lo que te da dinero, el dinero vendrá naturalmente a través de tu esfuerzo. Sé fiel a tus valores. Haz las cosas con amor y sé el mejor en aquello que haces. Recuerda que tú eres el único responsable de tu destino. Colócate siempre en primer lugar. Ama a tu prójimo en la misma proporción en que te amas a ti.

TODOS SOMOS CAPACES DE SER Y DE HACER, NO DEJES QUE NADIE LO HAGA POR TI…. ERRA, CÁGALA Y CÁGALA DE NUEVO, Y A TRAVÉS DEL ERROR, GANA EXPERIENCIA. NO SEAS TAN DURO CONTIGO MISMO, Y CUANDO TODO SE TORNE DIFÍCIL, SIMPLEMENTE VUELVE A HACERTE ESAS SIMPLES PREGUNTAS: ¿QUÉ ES LO QUE YO QUIERO Y ME HACE SENTIR BIEN?

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