Esa sensación que a veces has creído que podría matarte puede traerte mucho aprendizaje.
Pareciera que la ansiedad es el mal de la época, hoy en día es tan común que seguro conoces a alguien que la padece, o tal vez tú mismo tienes la sospecha de que eso que sientes es ansiedad. Y aunque no es mala en sí misma, es como una bola de nieve, casi nadie le hace frente y una vez que llega comienzan los problemas.
Primero vamos a entender de qué se trata. La ansiedad aparece a través del miedo, el mecanismo de defensa más viejo. Todos lo hemos sentido y casi todos lo activamos de forma automática ante un peligro o alguna situación amenazante. Es como una alarma de emergencia que al encenderse nos da la energía suficiente para salir “del edificio en llamas”. Estoy segura de que el miedo ha salvado muchas vidas.
El verdadero problema aparece cuando la alarma se enciende sin que haya un peligro real, o cuando la dejamos prendida por días, semanas o meses sin hacerle frente a la situación que la ha disparado. A esto se le llama ansiedad y se la debemos a nuestro sistema límbico, no es el fin del mundo, simplemente hay que darle chingadazos para lograr pasarla mejor.
El síntoma principal es una preocupación excesiva, demasiada inquietud o la sensación de estar atrapado, enloqueciendo o al borde de un peligro inminente. A veces es muy difícil comprender que eso se llama ansiedad y además, que tiene solución. Por eso, hoy te quiero dar algunas sugerencias para hacer de los síntomas tus aliados y pasarla mejor estos días.
1. Lo que se acepta se transforma. Y lo mismo sucede con los síntomas de la ansiedad. A veces, querer evitarlos provoca más ansiedad todavía, por eso es mejor hacer consciencia de que ha llegado, darle la bienvenida y soltarla pronto. Así podrás utilizar lo que sientes como brújula y encontrar el camino a seguir: incomodidad, miedo, estrés. ¿Qué lo ha detonado? Toma nota y a partir de ello adopta hábitos más saludables, crea una rutina que te funcione Para Vivir Mejor.
2. Habla de esto con las personas importantes. Si te quedas callado nadie podrá comprenderte y jamás vas a encontrar un equilibrio que se sienta bien. Es preferible hablar de tus emociones y de las creencias que te han provocado la ansiedad. Créeme, hazlo aunque suene tonto, si lo hablas la ansiedad disminuirá y tu familia o amigos cercanos podrán acompañarte en el proceso.
3. Confronta tus creencias. Generalmente la ansiedad se dispara a causa de una gran insatisfacción personal, al ver que no se cumple con el auto concepto deseado, o bien, al sentir que las demandas del entorno son demasiadas como para satisfacerlas. En vez de clavarte en tus pensamientos trata de aterrizar en la realidad. Detente un momento, respira profundo y corta la idea obsesiva.
4. Tu palabra favorita será autorregulación. Lamento decírtelo, pero la ansiedad no se va a ir. Es por eso que Para Vivir Mejor debes aprender a afrontarla: técnicas de respiración, aromaterapia, yoga y meditación, el último maratón de tu ciudad o un baño de tina. ¡Tú eliges! Encuentra tu forma y hazle frente a la ansiedad con tus propias rutinas.
5. La ayuda extra nunca está de más. Si la ansiedad es demasiada como para que tu solo puedas afrontarla o ya está causando problemas en tu trabajo o en tu relación de pareja será mejor buscar la ayuda de un profesional. La terapia psicológica te ayudará a pasar a la acción, de esta forma, podrás reconocer lo que la ansiedad significa y traducir eso en un estilo de vida más saludable y que vaya más con tus propias expectativas.
Actualmente la ansiedad está presente en casi todos nosotros. No es raro que nos sintamos ansiosos al ver las noticias o estar tantos días en aislamiento. Si es tu caso, sigue los pasos que te he dejado y comienza a afrontar eso que sientes. ¡Deja de acumular emociones y comienza a vivirlas! Esta es la clave. La ansiedad siempre trae un mensaje importante detrás, trata de averiguar qué te está queriendo decir y toma la lección.
