Tú ya no eres la misma, ya no siento lo que sentía, la magia que había entre nosotros se acabó…
Tal vez todas las mujeres tenemos un patán en nuestra historia y hoy te voy a contar lo que aprendí con mi patán. Ahora lo recuerdo con cierto humor, pero en su momento lo sufrí y, claro, como debe ser, viví la crisis post patán.
Generalmente la historia con un patán comienza como todo un cuento de hadas, con mucha fantasía y nada de realidad… Y es que un patán te dejará ver solo una pequeña parte de lo que él es. Su narcisismo no le permitirá mostrarse como un simple mortal lleno de defectos, él fingirá ser el príncipe encantador que siempre has estado esperado.
Los patanes son inteligentes, interesantes, muy seductores y capaces de leer tus más íntimas necesidades. Es por eso que el patán siempre sabe qué decir y qué hacer para agradar, para enamorar y ganarse el sí. Su mayor mérito es ese, halagarte y saber decir lo que tú necesitas escuchar. Tal vez esto suena tentador, pues quién no querría un hombre así a su lado. Dame un poco de mérito y sigue leyendo.
Un hombre patán crece sin escrúpulos, incapaz de sentir empatía, enamorándose de forma fugaz y egoísta. Generalmente los patanes son machistas, infieles, mentirosos, con un gran miedo al compromiso. Tienen la capacidad de destruir lo que aman pues no se interesan por el otro, solo por sí mismos. Su principal interés es someter a la mujer y obtener la victoria conquistándola. Podrás notar un interés principalmente sexual, tal vez incluso ha hecho alarde de su desempeño en la cama ¿te digo un secreto? La mayoría de los patanes no son tan buenos amantes, recuerda: “dime de qué presumes y te diré de qué careces”… ¿Verdad que ya no sonó tan atractivo?
El verdadero problema de caer en el idilio del patán es la herida que siempre, sí, siempre hará a la autoestima de la mujer. A él solo le interesa tener un instante de placer, lograr enamorarte y ganar; eres su presa, te ve como un premio. Por lo tanto, al obtener lo que busca te dejará atrás sin mayores explicaciones. “Tú ya no eres la misma, ya no siento lo que sentía, la magia que había entre nosotros se acabó…”, serán las palabras que escucharás, o peor aún, se desaparecerá con una nueva conquista y ni adiós dirá.
Mientras tanto, la mujer enamorada se quedará con un palmo de narices mientras creía haber encontrado al hombre perfecto. Luego dudará de su valor, “¿qué hice mal”?, pensará… Y comenzará el desfile de preguntas sin respuestas, buscará explicaciones que no existen, sentirá enojo, arrepentimiento, mucho dolor.
La realidad del patán es muy diferente a la que te mostró y de la cual te enamoraste. Los patanes son frágiles emocionalmente, no saben amar ni relacionarse de forma saludable, son inmaduros y con necesidades infantiles insatisfechas. Son hombres con fuertes carencias emocionales, en realidad aman al amor y viven necesitando a cada mujer de forma enferma; aún así, casi nunca se quedan. Pasan rápidamente de una relación a otra, después de tanto seducir y abandonar su destino será la soledad eterna. Como ves, no todo es tan romántico ni de ensueño con ese príncipe encantador.
Si quieres saber más sobre los patanes, cómo descubrirlos y la gran teoría detrás de su comportamiento enamoradizo no te pierdas el podcast Para Vivir Mejor, allá te contaré más sobre los patanes.
Lo puedes escuchar en Spotify o directamente en esta página. Por lo pronto déjame tus preguntas sobre el tema para poder responderlas en el siguiente episodio del podcast.
Definitivamente son los reyes de la manipulación, y expertos en hacer que tú tengas toda la culpa.
Me sentí demasiado identificada 👍
Es cierto, les gusta que el otro se lleve la culpa… Afortunadamente ahora lo sabemos. Gracias por leer. Saludos.
Me recordó el poema de los amorosos… Me encantó el artículo.
¡Es cierto! Y qué buen poema… Gracias a ti por leer. Saludos.