Autora invitada: Bianca Pescador
No es por mala onda, pero según yo a nadie le importa…
Vamos a corroborar.
Si tienes más de 35 años y estás soltera, cierra los ojos por unos minutos.
Quiero que pienses en todas esas situaciones –en los últimos 6 o 12 meses– que has querido compartir con “ese alguien” especial… No tus papás, no tus hermanos, no tus amigas, sino con ese alguien que has soñado desde chiquita (gracias, Disney).
Quizá pienses en la nueva serie The Mandalorian, o la firma de un proyecto súper interesante, o el final de una amistad a causa de la pandemia, ¿qué se yo? Seguro hay algo en los últimos meses que te imaginas hubiera sido mejor –más llevadero– si tuvieras a tu media naranja acostada a un lado de ti.
Ahora quiero que pienses a quién le importa eso… fuera de tus papás.
Porque tus papás, estoy 99.9% segura que quieren verte tranquila, feliz, dichosa, plena, contenta, en paz… Ellos sí se preocupan, pero fuera de ellos… ¿Crees que tu mejor amiga, antes de dormir piensa “Ay, Dios, Ceci sigue soltera, ¿a quién le puedo presentar?”. ¿Crees que tu compañera del trabajo se baña pensando “Madre Santa, seguro a María le quedan pocos óvulos buenos, ¡¡urge que le ayude a conseguir galán!!”.
La realidad es que en esta búsqueda del amor estamos solas.
La gente está muy preocupada con su propia vida; tienen sus propios problemas, sus propios objetivos, sus propias metas, sus propios retos. Y está bien. No es como que las solteras estamos preocupadas por saber de qué tema será la piñata de la hija de la amiga. ¡¡No tenemos ni idea!! Simplemente porque no estamos en la misma etapa.
Ok. Si hasta aquí vamos bien, tendríamos que coincidir en lo siguiente: esperar a que alguien más nos resuelva la vida (nos consiga trabajo, nos presente a un galán, nos negocie la renta) es un desperdicio de tiempo y de energía. Usualmente no va a pasar, y si pasa y algo falla, luego luego vamos a caer en el papel de víctimas, lo cual me parece lo más terrible que podríamos hacer en cualquier terreno, sea personal o profesional.
Honestamente creo que no hay nada más satisfactorio y sabroso en la vida que RESPONSABILIZARNOS de la vida que queremos para nosotras.
Si buscas el amor, si deseas una pareja estable, si quieres casarte o arrejuntarte con alguien, ¡¡date chance!! No te quedes en tu casa esperando a que llegue, ¡¡sal a que te encuentre!! ¿Y cómo puedes hacerlo? Usando las herramientas adecuadas.
Lo que alguna vez fueron las amigas, hoy son las aplicaciones. ¿O acaso no toooodos nos la vivimos pegados al celular? Ya ni al baño podemos ir sin él.
Es la nueva manera, no sólo de conocer gente, sino de pedir un taxi, ordenar comida, hacer transacciones bancarias, ir de shopping, conseguir trabajo, socializar, vender…
Tinder y Bumble no son más que herramientas que nos ayudan a alcanzar un objetivo.
Que si van a decir que soy una zorra urgida porque estoy ahí, ¡¡pues que lo digan!! Si la gente que te juzga así es tu amiga, ¡pues vaya amiga! Y si no son tus amigas, pues tampoco creo que te mantengan. ¿Entonces por qué te agobia tanto lo que opinen? Mientras tú no lo creas, todo está bien.
Pena robar y que te cachen, no estar en una aplicación donde, por experiencia te lo digo, hay gente buena onda, buscando exactamente lo mismo que nosotras. Hombres deseosos de compartir su vida, y sí, con los mismos traumas, problemas, inseguridades y retos que nosotras. Cada quien hace su luchita, pero nadie dice que sean enchiladas porque los seres humanos somos bastante complejos (unos más que otros, eso sí jeje).
La cuestión es que todas las creencias limitantes que tenemos (ahorita te las pongo aquí por si te suenan), lo único que hacen es eso: limitarnos.
Limitarnos oportunidades, experiencias, vivencias…
A ver si reconoces algunas:
- Tinder nomás es pa’ coger, es lo único que buscan
- Si estás ahí eres una urgida, zorra, fácil, desesperada
- Es un mercado de carnes, un catálogo de humanos
- Todos están feos (y calientes); ahí no hay buenos partidos
- Estoy muy grande para usarla, es para chavitas
- Tengo hijos, ¡qué peligro! ¿Qué tal que me sale un loco?
- Estoy gordita, ya que baje de peso veo qué onda
Si Yu me hubiera concedido más espacio, te podría responder cada punto con 3 hechos –evidencia física– que demostrara que estas creencias limitantes no son absolutas ni reales, más que para la persona que las piensa ciertas en su mente.
Lo bueno es que las creencias se pueden detectar, eliminar y reprogramar.
Así que si tu deseo para este San Valentín es hacerte de una buena hacha para talar el arbolito del amor (que has estado intentado derribar con un bat y nomás no), te espero en el próximo curso que daré de “Live–Date–Love–Laugh” el sábado 27 de febrero de 10 am a 12 pm vía Zoom.
La inversión es de $1,500 pesos y no puedo más que decirte que va a estar espectacular y que ojalá te unas a nuestro club de Tinderellas independientes, poderosas y enamoradas. Enamoradas de nosotras, de la vida, del amor y de las oportunidades que se nos presentan.
Porque está increíble saber a dónde queremos llegar, pero el viaje será muuuuucho más placentero si aprendemos a disfrutar el proceso, a gozar la travesía, a apreciar el camino. Y eso en tribu siempre se logra mejor.
¡¡Te espero!!
Xoxo,
Bianca
pd: Bueno, antes del curso tengo un get-together padrísimo (virtual también) totalmente gratis. Regístrate aquí para asistir: https://bit.ly/36Ir5kx